El mejor profeta del futuro es el pasado.
Lord Byron
Para comprender la gran aventura que están por vivir tus hijos es muy importante revisar un poco la historia, y reconocer a través de ella las grandes oportunidades que ahora tienen ellos de lograr una vida plena y prospera, similar a la de los países más desarrollados.
Es muy importante que puedas comprender que tu papel es fundamental, ya que eres el referente que le dará sentido a su desarrollo, tú eres con quien van a contrastar sus ideas, compartir sus anhelos y plantear sus proyectos. En el pasado la falta de eso limitó el desarrollo de muchas generaciones que quedaron atrapadas entre un mundo moderno y un mundo antiguo, causa que les impidió aprovechar las grandes oportunidades que la naciente segunda revolución industrial le ofrecía.
México no pudo saltar de su atraso a la modernidad porque no contaba con el material humano para hacerlo, y ese atraso pasó más por el desarrollo integral de las personas, que por el propio progreso material que se vivió en los inicios del siglo XX.
Para el año de 1900 México era un país eminentemente rural con el 70% de su población en el campo, el 72% era analfabeta, y se vivía una época de cambios y transformaciones. Porfirio Díaz declaraba “El pasado es el mejor espejo del provenir”.
México iniciaba el siglo con ferrocarriles, alumbrado público, la gran obra del drenaje profundo en la capital, petróleo, casas comerciales, y grandes fábricas en Guadalajara, Veracruz, Puebla, Monterrey y Ciudad de México, importantes puertos como Veracruz y Salina Cruz.
El país entraba de lleno a la segunda revolución industrial, había autos, caminos, e iniciaba la aviación en los campos de Balbuena, sin embargo, el pasado fue el mejor espejo del porvenir, un país analfabeta, ignorante del progreso y las letras, heredero de un siglo de guerras, sin legislaciones a favor de derechos sociales , no pudo con la carga.
México no tenía las bases que le permitieran hace frente a los nuevos tiempos, su población no estaba preparada, las nuevas generaciones por primera vez se encontraban de frente con la modernidad luego de siglos de atraso, nuevamente se intentó transformar a México sin considerar la realidad del pueblo.
Fueron años de improvisar, de sumar gente al mundo moderno demandante de mano de obra calificada. Se reaccionaba ante los cambios, pero el país estaba siendo arrastrado más que dirigido y las oportunidades se fueron perdiendo.
México creció apresuradamente lo que se demuestra en sus tasas de población:
- 1900 13.6 millones de habitantes
- 1910 15.6 millones
- 1929 15.6 millones
- 1950 25.8 millones
- 1990 81.2 millones
- 2000 97.5 millones
- 2010 112 millones
- 2020 seremos 130 millones de habitantes.
La modernidad y la disminución de la mortandad infantil generó aun más problemas, y entonces la pregunta fue ¿Cómo llevar a la modernidad a casi 16 millones de mexicanos en 1930? ¿Con que profesores? ¿Con qué recursos? Y lo más importante ¿Con qué experiencia?
¿Cuál era el camino entonces? La única instrucción que conoció México hasta se independencia fue la que proporcionaba la iglesia y la que daban los militares.
El pasado es el mejor espejo del porvenir…
En 1965 el 77% de los niños que ingresaban a la primaria no la terminaban, y en 1968 un informe de gobierno reconocía que el 97% de los jóvenes en México entre los 16 y 25 años no estaban preparados para participar en el desarrollo del país, y fue hasta 1990 que el 100% de los niños en edad escolar estaban matriculados.
Hace apenas 43 años México no se consideraba apto para su propio desarrollo, tu naciste probablemente 10 o 15 años más tarde, probablemente llegaste a tiempo a la tercera revolución industrial, pero sin recibir el legado de las otras dos, sin saber, sin comprender que algo faltaba para que tu desarrollo fuera pleno.
Estos saltos obligados por el avance del mundo, dieron como resultado la creación de millones de mexicanos que comenzaron a ser aptos para el mundo moderno, en el manejo de la técnica, en los conocimientos científicos; en la capacidad de crear y reproducir con éxito todo tipo de profesiones y oficios que los mercados demandaban, pero que en el interior seguían siendo un fiel reflejo del mundo del cual provenían, sus costumbres, comportamientos y actitudes, no correspondían al refinamiento que por sus logros profesionales deberían haber alcanzado.
Esto ya lo advertía el Maestro Samuel Ramos en 1934 cuando decía que el mexicano tiene dos personalidades, una real y otra ficticia, “Como el sujeto carece de todo valor humano y es impotente para adquirirlo de hecho, se sirve de un ardid para ocultar sus sentimientos de menos valía” y “La falta de apoyo real que tiene la personalidad ficticia crea un sentimiento de desconfianza en si mismo”.
Esto lo remata con una frase tomada del propio mexicano, “El europeo – dice – tiene la ciencia, el arte, la técnica, etc.; etc.; aquí no tenemos nada de eso, pero… somos muy hombres”.
Aquellos mexicanos que estuvieron antes que tú no pudieron vislumbrar el futuro, pero ellos fueron la base necesaria para que hoy tenga México un nivel de alfabetización cercano al 98%, un gran avance, pero que aun no es suficiente porque falta agregar a esa preparación, todos los accesorios que la educación trae consigo, hace falta reposar esa mezcla acelerada de información y técnica, para que surja el amor por las artes, el refinamiento social, los formas elevadas de convivencia y la posibilidad de visionar el futuro que anhelas para las nuevas generaciones, para la de tus hijos y nietos.
Hoy tus hijos tienen en ti un referente en cuanto al valor del estudio y la importancia del conocimiento, cuentan con tu apoyo para acudir a una escuela, para acceder al conocimiento como jamás generación alguna lo tuvo, tú ya comprendes muchas cosas que los que caminaron antes que tú no comprendían, tienes otra noción del mundo, del progreso, de las leyes, de los derechos y de cientos de conceptos que en el mundo de tus abuelos eran impensables.
El mundo de tus hijos es más rápido que el tuyo, y a diferencia del que te heredaron, ellos tienen los referentes a la mano, no están solos, la información fluye, ante sus ojos surgen mundos, colores y los sonidos de voces distintas suenan en su lap top, lo que sucede en su mundo llega al instante, todo el conocimiento de la humanidad lo tienen a un click, pueden manipular imágenes y sonidos, crear cosas y divertirse con sus amigos sin tener que salir de casa.
Dominan más conceptos e ideas que tú porque su mundo es más rico que el tuyo, sus intereses ya no son los tuyos, y técnicamente tu modelo de paternidad podría ser obsoleto, sin embargo tu mayor riqueza no radica en los conocimientos, ni en tu experiencia funcional, sino en la capacidad que tengas de ser un guía para ellos, de estar cerca aprendiendo, compartiendo, maravillándote con lo que viene para su futuro, reconociendo que su mundo es otro al tuyo, pero que a diferencia de tus padres y abuelos, tu ya tienes una base desde la cual impulsarlos, tu experiencia se vuelve fundamental por ser quien eres, su padre o madre, que entiende no sólo lo que hacen y cómo lo hacen, sino como todas esas cosas llevan algún lado.
Aprender con ellos significa que puedes anticipar el camino y aconsejarlos de una mejor manera, porque su mundo es nuevo, no existen referentes en la historia de una generación como la de ellos, este momento no se trata de una brecha generacional, sino de una nueva era en la historia, aun en los países desarrollados la velocidad con que todo se mueve parece tomar a los padres fuera de balance.
En México ese cambio es mayor, mientras tus hijos son jalados hacía el futuro, tu aun estás anclado a los viejos paradigmas que te formaron, con lo que estarías caminando en sentido opuesto a ellos.
Esa es la importancia de tu papel en el mundo de tus hijos, si tú rompes esos viejos modelos entonces estarás abriendo el espacio para el cambio que llevará a tus hijos a tener una futuro más prospero y pleno y aquella frase del Presidente Díaz tendría una connotación positiva “El pasado es el mejor espejo del porvenir” Tu eres el pasado, si tú logras ser el referente que tus hijos necesitan entonces el provenir será realmente prometedor.
Esa es la importancia de tu papel en el mundo de tus hijos, si tú rompes esos viejos modelos entonces estarás abriendo el espacio para el cambio que llevará a tus hijos a tener una futuro más prospero y pleno y aquella frase del Presidente Díaz tendría una connotación positiva “El pasado es el mejor espejo del porvenir” Tu eres el pasado, si tú logras ser el referente que tus hijos necesitan entonces el provenir será realmente prometedor.
Complementas algo que sigue una secuencia, pero cuando lo que tienes que aprender responde a otra lògica es necesario desaprender para volver a aprender
ResponderEliminar