Conocimientos puede tenerlos cualquiera, pero el arte de pensar es el regalo más escaso de la naturaleza.
Federico II (1712-1786) Emperador de Prusia.
El mundo de tus hijos se presenta ante tus ojos como un lugar fascinante, lleno de oportunidades, de tecnología que parece más de un juego que parte de la realidad con la que realizarán sus vidas.
Las distancias desaparecen, las comunicaciones se vuelven inmediatas, las tecnologías del conocimiento hacen que la información revolucione el mundo y sus tendencias a cada instante, no sucede algo en alguna parte del mundo cuando ya hay una repercusión en el resto.
Nada pasa invisible a la sociedad del mundo de tus hijos, no importa si sucede en China, en Australia, en Argentina o en Groenlandia, las fotografías, las voces, las reacciones surgen y brotan de un lado al otro del mundo.
No hay rostros anónimos, todo mundo está en todos lados, todo mundo conoce a una persona en algún país que hasta hace poco sus padres o abuelos ignoraban de su existencia.
Nada que se diga o se exprese causa sorpresa, maquinas que parecen sacadas de la ficción, chips que salvan vidas, periódicos electrónicos, materiales ultraligeros, lectores del pensamiento que ejecutan tareas como mover sillas de ruedas, hacer llamadas telefónicas sin que se necesite hablar, o cambiar el canal a la televisión; teléfonos cada vez más ligeros y con funcionalidades que hacen el mundo pequeño al tenerlo todo en la palma de la mano.
El mundo de tus hijos cambia ante tus ojos que no alcanzan a comprender el potencial de dichos cambios y piensas que la inercia de los mismos es similar a la que tú viviste y no es así.
El mundo está no en una brecha generacional, vive una revolución histórica, y para comprender esto es necesario comprender como surgen estas.
Hace no más de cinco mil años, apareció probablemente la escritura en lo que actualmente es Irak, la antigua Sumeria, pero para que eso sucediera tuvieron que pasar por lo menos cuatro mil años en lo que el hombre se asentó y se volvió sedentario, en lo que organizó su vida y se dio cuenta que tenía que registrar de alguna manera lo que pasaba a su alrededor, así que para controlar el número de animales que tenía en sus corrales inventó la escritura, y así fue lo primero que aprendió a escribir fueron los números.
Luego no muchas cosas cambiaron tan rápido, se mejoró el arado, los carros de guerra egipcios tres mil años después serían una gran revolución, hasta la llegada de Grecia y Roma, en el siglo XV DC la imprenta de Gutemberg revolucionó el mundo de su época, pero la primera gran revolución del pensamiento llegó hasta el siglo XVIII, con la revolución industrial, habrían pasado casi cinco mil años desde que se escribieron las primeras tablillas en arcilla en Uruk, la segunda revolución del pensamiento fue en 1900, la llegada del petróleo y la electricidad cambiaron el mundo, el teléfono, la luz, la producción en serie, la aviación, los transportes públicos, la agricultura, todo inició su camino sin retorno a la vorágine de los cambios, en 1950, con el transistor llega la tercera revolución industrial, y de cinco mil años, pasamos a ciento cincuenta años, y luego a sólo cincuenta años, el mundo se transformaba, los viajes a la luna, los satélites, la televisión madura, las computadoras y llegó la cuarta revolución en 1990, la del pensamiento, donde las ideas tienen más valor que las fábricas, surge la Internet , la telefonía celular, y se buscan alternativas más limpias de energía.
A partir de 1995 cada cinco años sucede un fenómeno similar, el primero tardó cinco mil años, en el 2020 tomará 72 días, en este 2011 tarda tres años.
Algo cambia bajo tus píes y no lo has notado, ya no te alcanza la velocidad para seguir los cambios que suceden en el mundo de tus hijos.
La escuela ya no es lo que era, desde Sumeria hasta nuestros días el profesor tenía un poder, un liderazgo, una autoridad casi incuestionable, hoy hablamos de la educación 2.0 donde la interactividad, el intercambio de ideas fluye de arriba a bajo, de un lado a otro y los referentes y las ideas se contrastan, los conceptos no son más únicos, son diversos, los niños piensan, analizan y deciden, siendo precisamente la reflexión el proceso en el que más invierte el cerebro por la complejidad de reconectar y asociar, el mundo de tus hijos ya no es plano, es en tres D, ya no es monolítico, es dinámico, y así mientras tu creciste con Plaza Desamo o Barney, ellos miran Dora la Exploradora , o ¡i Carli! Dominan una cantidad de palabras que superan las que tu has acumulado en toda tu vida, y lo más importante comprenden conceptos que en tu vida te preocupaste por conocer, hablan de mundos que tú miraste en una estampita y que pegabas en el cuaderno de historia, ellos lo miran, ven a la gente de esos países, escuchan sus voces, e incluso hablan con ellos por cualquier chat.
Hoy tus hijos requieren de ti, que asumas el control y la guía, que los acompañes al futuro, que aceptes con humildad que hay que aprender juntos, crecer uno con el otro, y descubrir todas las posibilidades que la nueva era ofrece, imaginar escenarios y construirlos juntos, reconocer las nuevas profesiones y encaminarlos a ellas, porque tal vez aun no te lo hallan dicho pero ya comienzan a desaparecer decenas de carreras tradicionales de los principales centros de aprendizaje del mundo.
Hoy es el tiempo de volar con ellos al futuro, y de vivir con ellos la revolución del pensamiento y el aprendizaje.
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